Panima es el legado de una larga tradición panadera que se remonta a 1698, con una pequeña panadería en Gondorf, al norte de Alemania.
El saber artesano se transmitió de generación en generación durante casi tres siglos y en distintas ciudades alemanas, como Essen y Bonn. Fue en esta última localidad donde nació Peter Troullier que, tras sus estudios de Dirección de Empresas, y con 18 años inició su andadura en la tradición familiar como aprendiz de panadero.
En 1965 se traslada a Mallorca, donde crea PANIMA, una fábrica en Son Sardina (Palma) dedicada a la elaboración de panecillos, ensaimadas, croissants, pan alemán y tartas alemanas.
En apenas tres años emprende su expansión, abriendo progresivamente delegaciones en Barcelona, Ibiza, Menorca, Alicante y Málaga. Por aquel entonces, la fábrica se había trasladado a unas nuevas instalaciones en el Pont d’Inca y, en 1978, contaba ya con más de 8.000 m2 de superficie y 3.300 m2 de naves con maquinaria capaz de producir 3.400 piezas de pan de molde a la hora.
En 1986, empieza a complementar la producción con la importación de productos alemanes de alta calidad, introduciendo en España el Café Dallmayr y el pan y muesli de Mestemacher. Poco después, se convierte en pionero de la distribución de productos sin gluten y, ya en el año, 2010 incorpora una nueva línea de productos Bio.
En 2017, traslada sus instalaciones al Polígono de Son Llaüt en Santa María (Mallorca), aumentando la capacidad de producción y distribución.